La certificación de personas se soporta en tres principios fundamentales:

Equidad: igualdad de oportunidades de éxito, eliminando toda práctica discriminatoria, barreras o restricciones, teniendo en cuenta el cumplimiento de los requisitos de ingreso establecidos en este Manual y los definidos en los referentes de acreditación.

Imparcialidad: objetividad al no existir conflictos de intereses o que son resueltos de manera que no influyan negativamente en las posteriores actividades del proceso de Certificación a personas.

Transparencia: la información del proceso es clara, precisa y concreta y está disponible para los diferentes actores.